
Cuando recibimos un fular o una bandolera, de manera casi inmediata queremos estrenarlo porque nos gana la emoción de ya poder usarlo… ¡pero no te olvides darle su spa previo a su uso! Su spa, como ya lo comentábamos en uno de los blogs anteriores, es lavar y planchar el tejido para que esponje, sus fibras se expandan, sea más maleable y sobre todo por higiene. Sin embargo, hoy quiero hablarte de los beneficios de la “doma” en fulares y/o bandoleras tejidas.
Sí, así como lo leíste: DOMAR a esa “fierecilla salvaje que tenemos de trapo”. Si aún después de su spa, sientes que tu fular o bandolera está rígido, tieso o <<poco cooperador con los nudos>>, entonces es momento de aplicar “la vieja confiable”, siguiendo estos pasos:
Trénzalo: haz un bucle en una de las puntas de tu fular o bandolera y ve enlazándolo entre la misma tela. De la siguiente manera:

- Hazlo Dona: haz una circunferencia, y ve pasando la tela sobre sí misma, hasta darle la vuelta por completo. Cómo se muestra en la siguiente imagen:

- Úsalo de hamaca: ata ambos extremos del fular o bandolera en una superficie segura. Incluso puede ser debajo de una mesa. Pon a tu bebé encima de la hamaca ya sea para pasear o dormir.

Ponlo en la sala: úsalo como cubre sala en tus sillones. Siéntate sobre él para que poco a poco se vaya domando.

Así que ya lo sabes: si un trapito suave quieres tener …. ¡Domarlo es lo que debes hacer!
Asesora de Porteo: Ale Collaz