Maternar es una labor tan antigua como la humanidad misma, e incluso más, seguro nuestros antecedentes primates también cuidaban, cargaban y enseñaban a sus crías todo lo que consideraban necesario o importante aprender.
Sin embargo, socialmente puede percibirse como algo transparente, algo más que se puede hacer casi sin interrumpir (o que no debería interrumpir) el orden anterior a la llegada de un nuevo integrante a la familia.
Creemos que una persona o una
familia debería seguir su vida anterior casi sin ajustes o con muy pocos y en
caso de no lograrlo o lograrlo a medias, se percibe como un fallo de la
educación o esquema familiar.
La atención y cuidado que un
recién nacido o incluso un niño pequeño necesita en todos los aspectos de su
vida no es poca cosa y tampoco debería serlo, después de todo estamos formando
a un nuevo ser humano que formará parte de este mundo y dejará en él su huella.
Existen momentos de juego, de
cuidado, de compartir risas y miradas que generan una conexión única entre el
niñ@ y su cuidador primario, usualmente la madre, que fortalecen su desarrollo,
físico, psicológico y emocional.
Es en esta base de amor,
atención y cuidado que puede prosperar un pequeño y convertirse en un adulto
emocionalmente ajustado, esta es la base de sociedad amorosa, respetuosa y
saludable.
Aunque este tipo de acciones lleva por lo
general una alta inversión de tiempo y energía, no recibe por lo general el
reconocimiento apropiado porque es algo que no tiene unidad de medida.
Nuestra mente de primates
avanzados se deleita en aquello que se puede medir y pesar, una casa limpia, un
cheque de pago, tienen un valor y un número, y nos pueden hacer creer que
logramos algo, mientras es difícil contar la cantidad de sonrisas que nuestr@
peque tiene al día, la cantidad de paz y alegría con la que juega día a día y
la calidad de sus relaciones consigo mismo y con otros.
Yo les propongo que nos
permitamos deleitarnos en el amor y conexión que la convivencia del día a día
con nuestros hijos nos puede brindar. A mi gusto no existe una contribución
mayor ni más importante.
Silvia Sánchez
NOTA: En esta ocasión contamos
con la contribución de Silvia Sánchez quien es madre y Coach de Crianza y Abundancia,
a quien agradecemos por aportarnos estas valiosas palabras, compartimos con
ustedes su información para que puedan contactarla y conocer más sobre los
servicios que ofrece:
Silvia
Sánchez
Coach
Crianza y Abundancia
#Amando la
Maternidad
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